
"El arte es una aventura hacia un mundo desconocido,
que puede ser explorado sólo por quienes
están dispuestos a asumir el riesgo."
(M. Rothko)
A modo de 'declaración de principios' y más allá del contexto en que surgieron, hago mías las palabras de Rothko que encabezan esta presentación. Su lectura siempre me ha evocado a aquellos marinos de la antigüedad que en frágiles embarcaciones, se aventuraban por océanos supuestamente infestados de unicornios, sirenas y basiliscos. En los bellos mapas que daban fe de sus viajes dejaron escrito: "Hic sunt dracones". Y yo ahora me pregunto: ¿no debería ser condición irrenunciable para el artista contemporáneo buscar lo desconocido y asumir el riesgo, antes que acomodarse al arrasador mercantilismo que todo lo impregna o intentar medrar a la sombra del poder político y sus ideologías? Para ello no sería mal comienzo dar de nuevo su justo valor a las palabras y, por ejemplo, replantear qué entendemos por arte...
El objeto de esta página no es, por tanto, vender algo, sino dar fe -a quien pueda interesar- de algunos proyectos que, pese a las circunstancias, pudieron llegar a hacerse. También explicar qué otros, cada vez menos, me ocupan en la actualidad. Dicho lo cual daré aviso a navegantes sobre algunas certezas adquiridas desde que navego por este proceloso océano.
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Aunque sin duda el artista nace, debe buscar el camino para hacerse evitando a los que intentan modelarlo.
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Aun decidiendo seguir la propia vocación, incontables horas dedicadas a leer, conocer, estudiar, contrastar..., solo abocan a un destino incierto y, habitualmente, a la incomprensión de quienes decían apoyarte.
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El tiempo y esfuerzo dedicados a ensayar hasta el agotamiento, a apuntar ideas en los lugares y momentos más inoportunos, a dar excusas para dejar plantado al colegueo, a renunciar a todo por seguir una casi inaudible voz que solo uno escucha..., en modo alguno garantiza el éxito (*). Uno de cada cien proyectos tendrá alguna posibilidad de ver la luz, por lo general a costa del dinero propio y del apoyo que se pueda obtener de benevolentes amigos.
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Lasciate ogne speranza quienes buscan compresión o apoyo en el infernal círculo de la política: quien no acuda con recomendación o carné, se sentirá defraudado por una concepción utilitaria y 'cortoplacista' de la cultura, y por el secular desprecio del funcionario y del político hacia el artista.
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Sería deseable una profunda labor didáctica para educar al ciudadano (convenientemente adocenado tras décadas de consumir televisión, Instagram o YouTube) en la idea de que el arte en vivo no puede ser gratis o barato. Y que apoyar a alguien no bendecido por los medios o los influencer podría no ser una pérdida de tiempo.
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Sería deseable, asimismo, una profunda labor didáctica para que los responsables de teatros o cualquier otro tipo de espacio y recurso, entendieran que no responder siquiera a correos, dossieres, solicitudes..., antes que nada los retrata a ellos no solo como incompetentes, sino también como maleducados.
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El corporativismo y las amistades en el entorno artístico se esfuman como espejismos en cuanto hay que competir por una mísera subvención o el hueco en un cartel. Por otro lado, he llegado a conocer todas las formas posibles de excusa que un artista ofrecerá para no acudir a la actuación de un colega.
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Siempre me ha asombrado la insufrible la vanidad y pedantería en los mediocres. Esto se agrava exponencialmente en los círculos artísticos. No faltan quienes se mueven en ellos simplemente para sentirse diferentes y pasarlo bien. Mejor para ellos, pero jamás podré compatir esa visión del mundo.
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La puntualidad, la cortesía y el trabajo bien preparado son las mejores bazas para el aprovechamiento de un ensayo.
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La capacidad de 'autoengaño' del personal es ilimitada. El sueño de muchos artistas, confeso o no, es conseguir un asiento en una orquesta, formar parte de un comité o hacerse profesores de alguna oscura escuela. Todo ello es respetable, pero los convierte en funcionarios, no en artistas.
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Consecuentemente con el punto anterior, que los padres regalen un piano a un niño que sueña con ser bombero, a corto plazo solo lo convierte en un pequeño torturador. Lo más probable que el resto de su vida se dedique (para desgracia de la audiencia) a justificar la inversión en profesores, escuelas, conservatorios y, por supuesto, más pianos.
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He acumulado numerosas fobias a personajes y colectivos a los que debo tantas disculpas como ellos a mi. A vuela pluma citaré las chirigotas, batukadas, cantantes que hacen playback, el arte sumiso con lo woke, los comediantes y actores genéticamente escorados a la gauche y, sobre todo, los poetas de micro abierto que leen sus ocurrencias en un smartphone.
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(*) Aún no he llegado a entender ni disfrutar el concepto de éxito.
Lo que afirmo lo sé por propia experiencia. El mundo está demasiado lleno de banalidad para expresarlo con circunloquios. Pero, pasado el tiempo, no sé si tanto esfuerzo ha merecido la pena. Por el camino han quedado presuntas amistades y ocasiones para vivir más apaciblemente. No he conseguido hacer dinero y muy pocos me conocen. Una sensibilidad exacerbada y pocas veces entendida ha propiciado los episodios de mi pintoresca biografía. Soy ese tipo de aventurero de la vida (llámame Ismael) que ha debido a hacer un poco de todo para sobrevivir, aunque solo he llegado a sentirme 'yo mismo' cuando me dedicaba a crear (en un amplio sentido) o, por ejemplo, cuando cuento historias. Acaso mi estirpe entronque con los nórdicos thulir o los rapsodas griegos, con los griots, bardos, juglares o, en una rama más patética, con la de algún hombre de placer de los que que pintó Velázquez. Solo sé que es una sensación inigualable mudar la cotidiana piel para vivir otras vidas o ser capaz de transmitir un fugaz sentimiento de belleza.
Terminaré, por el momento, declarando tanto mi querencia por el 'sentir barroco' como por algunos movimientos artísticos del siglo veinte. En consecuencia era inevitable que en mis proyectos buscara conciliar el arte antiguo con lenguajes contemporáneos. No negaré que la tecnología puede una poderosa aliada del arte, siempre que no se convierta en un fin en sí misma.
El proyecto en el que trabajo actualmente se titula ANAMORFOSIS.
A través de la Asociación Fastiginia canalizo mi faceta divulgativa.
Si pese a todo lo dicho aún quiere conocer lo que hago o mis modestos logros, bienvenido a la función...
